by on July 3, 2024
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Golosas y deliciosas, estas trufas de coco están pensadas para los fans del chocolate blanco. A pesar de ser un postre bastante calórico podéis rebajar unas cuantas utilizando cobertura de chocolate sin azúcar. Por lo tanto, las trufas de chocolate brasileñas satisfarán sus antojos, ya sea que esté organizando una fiesta o buscando un refrigerio dulce rápido. Señora -dijo la lavanderilla-, yo puedo asegurar a vuestra alteza que el príncipe, si mi visión no es un sueño vano, parece un pino de oro, y tiene una cara tan bondadosa y dulce que da gloria verla. No os aflijáis, hermosa princesa -dijo la doncella favorita-; tres partidas de cien hombres están esperando a los mensajeros en diferentes puntos para arrebatarles la carta y traérosla. La princesa se acongojó también y se arrepintió de lo que había hecho. Entre los platos imperdibles que comer en Alba: el tajarín con las distintas salsas típicas de la zona en especial con «tartufo bianco» (trufa blanca), los ravioles piamonteses de carne mixta, el mixto piamontés, el bagna cauda (no apta para todos los gustos, por su fuerte sabor a ajo), el flan de verduras. La trufa tiene un aroma y sabor muy característicos, por lo que es ideal para platos de pasta, arroz o incluso para añadir a una ensalada.

Ésta, que no había terminado su narración, la terminó entonces, e hizo ver que no podía servir de guía. De manera que el pueblo, irritado y furioso, maldecía al ministro y hablaba de sublevarse y de arrojarlo por fuerza del poder. El 28 de diciembre de 1895 el señor Dufour se dio cuenta que su almacén se había quedado vacío de provisiones y que no iba a poder surtir a sus clientes. Dado que son a base de fruta, sí que contienen azúcares propios de la fruta. Newton le hubiesen dado un condado en vida. ¿Qué he de deducir -respondió la princesa Venturosa-, sino que el Kan de Tartaria es quien tiene encantado a mi príncipe para usurparle la corona? Como puedes ver, cultivar trufas es un poco más sencillo que cultivar setas, ya que desaparece la etapa de fructificación. La princesa no había llorado en todo ese tiempo, causando no poco asombro y placer al rey su padre. Ahora sí -decía- que puedo llamarme propiamente la princesa Venturosa. «El mismo día en que murió el emperador chinesco, su único hijo, que debía heredarle, desapareció de la corte y de todo el Imperio. Mi doncella, si gusta, se casará con el secretario, y ambas seréis mandarinas y damas de mi corte.

La princesa había estado hasta jovial y bromista, dando leves esperanzas a los príncipes pretendientes de que al fin se decidiría por uno de ellos, porque los pretendientes se las prometen siempre felices. Aunque éste, a la verdad, sólo lleva cuarenta consigo, todos ellos, según se dice, tienen corazas y flechas encantadas, que a cada uno le hacen valer por diez. El príncipe le matará en cuanto reciba la carta de su padre, y ya ha salido a buscarla con cuarenta de los suyos. Calculando, además, como sabedor del camino y del tiempo que en él debe emplearse, que aquel día debían llegar los mensajeros que envió a su padre, y ansioso de saber lo que respondía éste a la consulta que le hizo, montó a caballo al amanecer, y con cuarenta de los suyos, todos bien armados, salió en busca de los mensajeros referidos. Si los mensajeros se resisten, serán muertos; si ceden, serán aprisionados e incomunicados, a fin de que nadie sepa lo que acontece. Nadie había sospechado la causa de tan repentina mudanza y de tan inesperado alivio en la princesa.

Éstas partieron sin tardanza a poner en ejecución lo convenido, y la princesa Venturosa se quedó estudiando profundamente el Almanaque astronómico. Tenía, además, el príncipe tártaro el misterioso presentimiento de una gran desgracia, y había adivinado por el arte mágica, que su padre le enseñara, que en el pájaro verde debía mirar un enemigo. Este capricho de poseer el pájaro verde no era capricho, era amor. Entró la lavanderilla, que estaba ya detrás de una puerta aguardando este permiso, y empezó a referir con gran puntualidad y despejo cuanto le había pasado. Este uso abierto, a lomos de la amistad, puede observarse, por ejemplo, en El cantante de boleros, donde su protagonista habla de una relación "amistosa" con otro personaje, con Rafa, aunque, en realidad, lo que él cree amistad es otra cosa, muy diferente, como le certifica Paco, el dueño del bar a quien "le sabe mal que algunos cabrones del barrio se entretengan tomándole el pelo" (págs. Úsalo como protagonista en una tabla de embutidos gourmet, sírvelo en rodajas finas como aperitivo o incorpóralo en exquisitas recetas culinarias para darle un toque sofisticado. Y, por último, a cada uno le hemos puesto una nota del 0 al 10, siendo 10 "Qué maravilla, parece hecho en el mismo casco histórico de Beirut", y 0, vender hummo.
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